Este taller tiene por objetivo, entregar las herramientas necesarias al alumno para que pueda reproducir y realizar trabajos en punto cruz, medio punto o petit point.
Además de los materiales adecuados, el punto de cruz requiere paciencia y cierta dosis de esmero.
Lo que comenzó siendo una necesidad práctica, se convirtió en la Edad Media en el entretenimiento de las damas de la Corte, para extenderse por toda Europa en el siglo XVI. De este modo llegaron los primeros motivos decorativos, que han ido variando de país en país.
El punto de cruz, lejos de ser una actividad propia de las personas mayores, resulta un método ideal para librarse del estres cotidiano, todavía más si la costura se realiza en la compañía de otros tejedores.
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